lunes, 30 de agosto de 2010

“Llenando vacios”

Semana 36
“Nada ha nublado tanto mi mente como la soberbia, y el resentimiento, es la
manera como me fugo de mí y me voy al otro. Durante años me fui a la soberbia, cuando
me di cuenta de los grandes errores de mis padres.”
“La soberbia de cuando estudie Psicología con ese conocimiento tan contundente
es similar a la soberbia del que padece coidentidad que está seguro de ser perfecto y
bueno. Nada genera más violencia que la soberbia”.
“Pero después la vida me enseño que yo no era perfecta y que no todo me había
salido bien. Y me di cuenta de lo difícil que es perdonarme por no ser perfecta. Que me
condicionaba para quererme, que ahora era yo la que no me aceptaba más que siendo
perfecta.”
Cristina
“La soberbia es un atentado contra la dignidad del prójimo”.
José Cuelli
Con la soberbia le estamos diciendo al otro: “yo estoy bien y tu estas mal”, nos
convertimos en un juez que no da derecho a la defensa. A veces es muy conveniente
quedarse en la soberbia “de el bueno de la película” y pensar que el otro esta viviendo las
consecuencias de sus actos y desde ahí pensar: “le estoy poniendo limites al otro” ¡claro
que no! Estamos castigando. En realidad, estamos queriendo ayudar a la Vida a darle su
merecido.
Y en esa soberbia nos convertimos en juez alimentando el resentimiento ante los
errores de los demás; ese camino no va a ningún lado. Esto es una manera disfuncional y
deshonesta de enfrentar la vida. El resentimiento es un arma de doble filo.
Cuando yo era niña siempre me sentí victimada por mi hermana mayor, pasaron
los años y ambas nos casamos. Tuvimos hijos y pasaron los años. Yo deje una relación
disfuncional y mi hermana vivió todo lo que la vida le tenía deparado. Después de
muchos años nos tomamos un café.
Yo le hable de todo mi dolor y de todas la terapias de perdón que había tomado, y
mi hermana por fin dijo la palabra mágica “PERDONAME”... después, tomo su bolsa y se
fue . . . .me quede sentada en el café, con un vació enorme. ¿Por que? ¡Ese era el día
esperado!!! ¡Yo tenia razón había sido victima! ¡Fue verdad!
¿Pero, entonces porque esa falta de sentido...?
¿Que es lo que había llenado gran parte de mi vida?
Y en ese momento me di cuenta de una gran verdad.. Mi hermana tomo su bolsa y siguió
su vida. . . . .de hecho nunca había dejado de vivirla para bien o para mal. Y eso era todo,
no había nada más que hacer.
¡Qué vació tan grande! ¿Por qué busque tanto tiempo este momento? Hasta ahora
entendía que deje mi vida en espera de comprobar lo mucho que había sufrido. ¡Que
triste!.. El resentimiento es un arma de doble filo, es una muleta innecesaria que impide
seguir con la propia vida.
Cristina
El resentimiento cumplió una funsion, quiera aceptarlo o no, lleno un vacio y algo
escondido ganaba con eso. Cuando se tiene un vacio es muy fácil quedarse en el
resntimiento.
Por eso el perdón es un gran acto de amor propio. Se necesita mucha autoestima
para entender cuando la gente actúa en base a su propio conflicto interno y no engancharse.
Y poder seguir con la vida propia.
Quien se ama no se queda en las carencias, ni en las suyas, ni en las de los otros.
Cada quien vivirá las consecuencias de sus actos. Tú y el otro. Solo es cuestión de
tiempo para que esto suceda, pero la vida no necesita nuestra ayuda para que el otro pague
su penitencia. Suéltalo, no te quedes atado a tu verdugo. Suéltalo sin negación. Suéltalo y ¡
hazte una vida amorosa!!-
No existe mayor venganza que el éxito; y en realidad el éxito no es una venganza,
es un gran acto de amor propio.
El resentimiento no funciona, el amor propio si.
REFLEXION Y ANALISIS PARA LA SEMANA
1. Ubica a una persona con quien tengas un resentimiento muy grande y piensa ¿Porque
estas resentido con él o ella? Tratando de ser objetivo(a) y no te vayas a la víctima.
Valida tu sentimiento. Recuerda que a veces se necesita tiempo para sanar las heridas y eso
es normal, se vale sentir lo que sientes. Trata de ubicar tus sentimientos en este proceso
que estas viviendo. Si es resentimiento que bueno que ya lo detectaste.
2. Trata con todo tu corazón de ver si tú tienes una parte en esto, recuerda que si no lo haces
tú también quedas enganchado; hazlo por ti si no puedes hacerlo por ambos. Anótalo y si
sientes que te vas a la victima regresa a tu adulto responsable y se honesto.
3. ¿Esta lectura te arroja luz acerca de que hacer con tu resentimiento? ¿Y hacia donde te
lleva?
4. ¿Crees que ya estas en tu momento para decirle adiós a tu resentimiento? Recuerda que
es tuyo y tu puedes soltarlo o aferrarte a el. Pero si no es tu momento respétate. Lo bueno es
que ya sabes que tienes opciones ò ¿Ya puedes decirle adiós a tu resentimiento?
5. Ya sabes ¿Cual va a ser tu plan de acción? Puedes escribir una carta de despedida,
puedes hablar con un especialista, o en fin tú decide, lo importante es que tú estés bien.
Establece tu plan de acción se muy honesto contigo sino, no funcionara (Es decir, que si
todavía estas en el coraje lo aceptes, valides tu sentimiento, para poder pasar después a ver
tu parte y el aprendizaje etc.).

lunes, 16 de agosto de 2010

“Merecimiento”

Empezar a recuperarnos significa saber que merecemos las cosas buenas de la vida, las relaciones sanas, la gente con buenas intenciones, una vida con paz, un trabajo bien remunerado y en fin; “una calidad de vida emocional”.
El creer que merecemos tiene que surgir desde lo más profundo de nuestro ser.
Juan llego a consulta y empezó a hablar. Hablo de una familia de 11 hijos y el siendo el séptimo, de una familia conservadora y en cierta medida del campo, hablo de su divorcio y de cómo trato a su ex mujer, como lo había tratado a él su madre-fríamente, con abandono- porque nunca me abrazaba y me decía cuanto me amaba- hablo de sus deseos de sentirse querido, hablo de sus esfuerzos por hacer cosas para los demás y de no sentirse apreciado”.
En realidad era claro que no tenía frente a mí a un hombre de 53 años sino a un niño de 9 años. Hablamos en psicoterapia de cómo él estuvo privado de amor de niño y de como él aprendió a privarse de amor, como si no mereciera ser amado. Entro en relaciones donde lo abandonaban y donde abandono emocionalmente.
Nunca es suficiente....
Nunca logramos lo que los demás esperan de nosotros. . . . ¿Te suena familiar?
En las familias disfuncionales el amor propio depende de la aceptación de los demás, pareciera que no mereciéramos más que solo si damos gusto, pero en ciertas familias no se da gusto nunca son las famosas paradojas donde “hagas lo que hagas, pierdes” hagas lo que hagas nunca es suficiente y no te mereces el premio, nunca viene el reconocimiento.
Nosotros merecemos y ellos no tienen la llave nosotros se las dimos. Ellos ya no tienen la llave ni son los dueños de nuestro estado de ánimo y de nuestro amor a nosotros mismos. la vida ya no es una montaña rusa, que sube y baja dependiendo de los demás.
Merecemos aceptación y amor independientemente de que las cosas nos salgan bien o mal, de que demos gusto a los demás o no, ¡Seguimos teniendo el mismo valor¡.
Se nos educo para ser complacedores de gente. Quizá no se nos dio permiso para complacernos a nosotros mismos, para confiar en nosotros mismo, y para elegir un curso de acción que demostrara autoconfianza. Tomar en cuenta las necesidades de otras personas, es parte importante de nuestras relaciones. Tenemos responsabilidades para con los amigos y familiares. Pero la conducta complaciente es contraproducente.
A final de cuentas con la gente que nos sentimos más a gusto es con la gente que sabe complacerse a si misma.

Siempre he dicho: “Si de niña me hubiesen dado una pistola yo hubiera matado con tal de lograr la aceptación de mi mamá. . . .” La niña que fui sentía que no merecía, sentía que no era suficiente nunca… jamás era suficientemente buena, obediente o capaz como a los demás les hubiese gustado.
Cristina

Comentaba Olga en consulta: nunca logre la aceptación de mi madre, me lo manifestaba con gestos, palabras y actitudes, y yo como una esponja lo absorbía, ahora yo me hago lo mismo que me hicieron; ahora yo me trato como no me gustó que me trataran. Y trato a los demás de la misma manera. Si hacen lo que yo quiero tienen mi aceptación, si no los castigo con mi abandono emocional.
“Siempre siento esta sensación que me ha acompañado toda la vida, de que nunca es suficiente. . .y que yo no merezco que me traten bien”

Deja de darles tanto poder a los demás, tú mereces amor y eres digno de ser amado así como eres.
“Tan solo porque la gente no haya estado contigo, tan solo porque ciertas personas no hayan sido capaces de demostrarte amor de maneras que si funcionaran, tan solo porque las relaciones hayan fracasado o se hayan agriado, eso no significa que no seas digno de ser amada, tu eres digno de ser amado. ¡Sí, tú! Has tenido lecciones que aprender. Y a veces esas lecciones te han lastimado…”
Melody Beattie

Pero no necesitas ser monedita de oro para darte amor y para saber que tú mereces lo mejor. Si lo que necesitas es cambiar tus creencias acerca de lo que mereces. Cámbialas.
Jorge: no se si terminar con mi mujer o no
Terapeuta: ¿Qué cualidades tiene?
Jorge: Bueno es alguien que trabaja, cumple con lo que queda, es amable, no es alcohólica...
Terapeuta: Bueno esas no son cualidades son características de la gente normal te mereces a alguien que no sea alcohólica tu no lo eres.
Y ¿Cómo te sientes con ella?
Jorge: ella me ha dicho hasta ahora que en realidad nunca estuvo enamorada de mi y que muchas cosas de mi no le gustan… No la veo contenta.
Terapeuta: Hazte la pregunta de si te mereces vivir así.

lunes, 9 de agosto de 2010

VANIDAD Y ENVIDIA

La vanidad es una de las carencias más cercanas al ego. La humildad es uno de sus antídotos pero no el único. Tambien el amor simple, sencillo, de hogar, de convivencia diaria sencilla, confiable, cordial para no caer en la tentación del ego tal vez no sea suficiente con la humildad con el saber que no somos nada y que en cualquier momento nos podemos perder a nosotros mismos. a veces en la vida podemos vivir asi pero siempre sigue llegando la tentación a que la gente nos considere valiosos y aveces a querer ser más pero cuando nos encontramos queridos simplemente por nuestra gente cercana se bajas esas “ínfulas” de grandeza.

La gratitud por todo lo que se tiene, también es un antídoto contra la vanidad.
La lucha contra esta carencia es constante, ya que cuando apenas se libra una batalla, viene la siguiente. El gran problema es que la vanidad pudiera estár muy cercana al amor propio. Como en la película de “Abogado del diablo” con Keanu Reeves plantea el director como la vanidad es una gran tentación y siempre nos puede hacer caer.
Los dones nos ayudan en primer grado, son el amor, la gratitud y la humildad.
El don del amor se refiere al amor sano, al que sólo pueden dar los niños o la gente sana emocionalmente. No diría muy humana, sino muy espiritual, porque nuestra primera naturaleza como humanos no es ser muy espirituales, es ser egocéntricos, inseguros, etcétera, porque esa es la parte del ego, pero tenemos otra parte sabia, como todos los seres humanos.
Ya mencionamos la envidia o la vanidad (o ambas) que puede sentir una madre en la relación de una hija con su padre. El psicoanálisis diría que es sano “ese complejo de Edipo” o “complejo de electra”el cual se refiere al conflicto emocional que se da en la infancia de todo ser humano de sexo masculino o femenino cuando, por un lado, se siente una atracción inconsciente por la madre (en el caso de los hombres) y por el padre (en el caso de las mujeres), por otro lado (simultáneamente) se percibe también un sentimiento de celos (también inconsciente) hacia el padre (por parte de los hombres) o hacia la madre (por parte de las mujeres). El periodo de manifestación del complejo abarca aproximadamente los seis primeros años de vida del niño.
La elaboración emocional de este complejo se logra cuando el varón renuncia a la madre porque acepta que es del padre, y cuando la mujer renuncia al padre porque acepta que es de la madre; y es superado con mayor o menor éxito con la elección de un tipo particular de pareja fuera del triángulo familiar.
En cambio las constelaciones de Bert Hellinger dirían que es la hija quien no debe interponerse en la relación de los esposos y debe “honrar” a su madre y el lugar que ocupa en generaciones de ancestros femeninos y lo contrario con el padre.
En mi opinión, no se contradicen ambas teorías. Los hijos pasan por esas etapas edípicas para luego aprender a ocupar su lugar. Pero también pienso que es muy importante que los padres e hijos revisen qué tanto sus problemas proviene de sus propias frustraciones, envidias y carencias. Y mientras más se revisen más fácil será para ambas partes quererse y respetarse.
Las mujeres de antes tenían menos opciones y esto las forzó a mantener relaciones que no eran felices o en las que vivían en una desigualdad completa. Otras se quedaron por temor. Pero estas madres que no pudieron hacerse una buena vida y que no tienen una buena relación de pareja ni la suficiente salud emocional, se fueron llenando de envidia.

Nunca logré darle gusto a mi madre. De adolecente crecieron mis senos y mi trasero, y junto con ellos crecieron los problemas con ella. Ahora, a finales de mis treinta, he hecho cosas que mi madre nunca se atrevió a hacer, como salir adelante económicamente sola, perder el miedo a estar sola, atreverme a dejar una relación de pareja disfuncional pero, sobre todo, a poder llevar una relación sana con mi hija, a ser la primera defensora de la feminidad de mi hija, a dejarla que ella sea la princesa, porque mi madre, aun con su edad, quería seguir siendo la princesa de la película. Creo que mi madre desde ese punto de vista tenía muchos motivos en su mundo de vanidad y envidia para no saber estar bien conmigo.
Roxana

En mis talleres siempre platico que los padres saludables son los que permiten que la hija pueda ser la “princesa” de papá sin que la mamá, con todas sus inseguridades y envidias, se sienta “desplazada”. Y alreves con hijos varones. Por ejemplo una mamá que sabe la importancia de que su hija tenga una buena relación con su principal figura masculina no se va a interponer y mucho menos va a agredir “disimuladamente” a la hija. Al contrario, una mujer que se siente segura y que de verdad ama a su hija, lo que más quiere es que ella tenga una relación cercana con su padre, porque de esto va a depender que en un futuro ella tenga buenas relaciones de pareja y que elija a hombre cercanos, en lugar de hombres abandonadores.
Lo mismo aplica para los hijos varones. El padre tiene que ser como ese león sabio que cuando está envejeciendo sabe darle paso al más fuerte que el (su hijo) por el bien de la manada y para sobrevivencia del grupo. ¿Cómo es esto? Sí, así sucede en las manadas de leones: los leones más jóvenes (que son hijos del líder) lucharán con él, pero no para hacerse daño, sino para entrenarse y aprender de él, para después vencerlo. El viejo león sabio se hace a un lado dejándole paso sin celos, envidias, ni vanidad a su hijo más fuerte para sobrevivencia del grupo, quedando él no como el más fuerte, sino como el más sabio, y su mayor acto de sabiduría es precisamente saber abrirle el camino a su hijo, sin vanidad ni envidia.
Como decía, la vanidad está muy cercana al ego, y también a la soberbia. Pero hay una diferencia enorme entre vanidad y amor propio. Vanidad es precisamente la ausencia de la seguridad en uno mismo y de la autovaloración que posee en el amor propio. La vanidad es una máscara impuesta ante la ausencia de amor propio.

Reflexiones:
Lunes: ¿Has vivido con tu padre o con tu madre una relación de rivalidad? ¿De qué manera afectó en tu vida? ¿Crees que esa rivalidad ya está superada?